La salud mental es un concepto cada día más común en nuestras vidas y se muestra como una de las preocupaciones más crecientes. Con relativa frecuencia, debido al ritmo frenético que impone esta sociedad, al consumo de drogas, a hábitos de vida poco saludables y a factores biológicos y psicológicos nuestra salud mental se ve afectada pudiendo aparecer estrés, ansiedad ó depresión.
También pueden aparecer trastornos mentales más graves, como la esquizofrenia, que se puede manifestar a través de alucinaciones, delirios, miedos, estados depresivos o aislamiento social que alejan a la persona de la realidad. Esta enfermedad tiene unas consecuencias que afecta al funcionamiento psicosocial (incapacidad para mantener una actividad laboral o estudiar, dificultad para mantener unos hábitos adecuados, deterioro en las relaciones sociales, exclusión social…).
Un aspecto fundamental a tener en cuenta es la familia que se encuentra con una situación que la desborda, no sabe qué hacer ni dónde acudir, manifestando en muchos casos síntomas que pueden desembocar en un trastorno mental.
Además, nos encontramos con una sociedad, que debido al desconocimiento a los miedos y mitos que existen con respecto la salud mental dificulta la integración de las personas que padecen un trastorno mental grave.
La rehabilitación psicosocial consiste básicamente en facilitar que las personas que padecen un trastorno mental grave desarrollen sus capacidades y habilidades para que sean lo más autónomas posible, promoviendo su participación activa en la sociedad. Para ello, es necesario intervenir con la persona afectada de trastorno mental y con su familia; además es necesario desarrollar programas de sensibilización con el objetivo de eliminar barreras que dificultan la integración.